|
Clasificación |
N823 M287 1982
|
Autor(es) |
Mansfield, Katherine
|
Título(s) |
La fiesta en el jardín. En la bahía. La casa de muñecas.
|
Edición
Editores
Lugar de Edición
Fecha de edición |
Editorial Andres Bello
Santiago, Chile
1982
|
Notas |
Traducción de Alicia Morel
|
Resumen |
"La Fiesta en el Jardín": Los Sheridan preparan una fiesta en el jardín de su casa. Laura la hija pequeña se entera de la muerte de su vecino Scott. ¿Se suspenderá la fiesta en el jardín? Eso es lo que espera la joven. Relato sutil y prodigioso, el último que publicó en vida la magnífica autora neozelandesa considerada por muchos como una de las más importantes escritoras de relatos de todos los tiempos. La delicadeza que transfiere a los personajes de sus cuentos y su capacidad para condensar en gestos e imágenes una pluralidad de conciencias y sentimientos, todo ello entrelazado con meditaciones sobre las diferencias entre clases sociales, la vida y la muerte, la ilusión y la realidad.
"En la Bahía" : Amanece en la bahía de Crescent, en Nueva Zelanda. Vuelve la luz, baña la tierra y el mar, despiertan los animales y los humanos. Todo parece cobrar conciencia: una ola, un arbusto, una gata, hasta un bebé de meses. Todo tiene voz. Los habitantes de la colonia veraniega despliegan, o callan, sus menudencias, sus juegos, sus recuerdos, los sueños que no han cumplido y los que algún día cumplirán. Al final del día todo queda en calma.
"La casa de Muñecas" :Una vez que la simpática señora Hays estuvo de regreso en la ciudad, tras haber pasado una temporada con los Burnell, mandó como regalo para las niñas una casa de muñecas: era tan grande que el carretero y Pat tuvieron que llevarla entre ambos al patio, donde la pusieron sobre un par de cajones, junto a la puerta de la despensa. No se dañaría pues era verano; y el olor a pintura quizás ya habría desaparecido cuando tuvieran que ponerla bajo techo. El olor a pintura que salía de la casita (“¡Pero qué amable de parte de la señora Hays, amable y generoso!”) era en verdad tan intenso como para enfermar
a cualquiera, según la tía Beryl. Se lo percibía antes incluso de retirar el envoltorio de arpillera, pero una vez que lo sacaron...
La casa de muñecas emergió luciendo un color verde espinaca, oscuro y oleoso, salpicado de amarillo brillante. Pegadas al techo se erguían dos sólidas y mínimas chimeneas .
|
Descripción |
82 p. |
Copias
No de registro | Status | Lugar |
9697 |
Disponible | PL6 |
|
|
|